Sin duda, la pobreza, la mala calidad de vida o la inseguridad en la vivienda son factores que pueden fomentar el distrés psicológico. Pero igual que la condición de sin techo puede causar problemas de salud mental, una mala salud psicológica puede afectar a muchos ámbitos de la vida de una persona, hasta llegar a ser el detonante de la pérdida del hogar. El presente estudio, llevado a cabo en Londres, trata de analizar esta relación: el papel que juegan las enfermedades mentales entre las causas del sinhogarismo, y el modo en que vivir en la calle afecta a la salud mental. Y lo hace con una metodología cualitativa, con un elemento destacable: las doce personas que realizaron las entrevistas habían sufrido la condición de sin techo en algún momento de sus vidas, lo cual permitió a los entrevistados hablar más libremente y con honestidad sobre su situación.

Las respuestas de las 103 personas entrevistadas indican que tienen una idea muy clara del tipo de servicios que podrían beneficiarlas (holísticos y especializados), pero se encuentran con obstáculos para acceder a ellos, y con dificultades para que las autoridades competentes tengan en cuenta sus opiniones. Por ello, las autoras del estudio reclaman una actitud más abierta por parte de quienes atienden a los sin techo, y tratamientos que tengan en cuenta a las personas en su totalidad. Son necesarios más servicios, dicen, pero sobre todo servicios mejores, con una mayor comunicación, un mejor enfoque y una coordinación más adecuada.